Skip to main content

“Black is Black” fue un éxito internacional en 1966, sonando sin descanso en discotecas y emisoras de todo el mundo. Pero su internacionalidad también se debe a que en él participaron un productor suizo curtido en Francia, músicos españoles, un cantante alemán, un excelente arreglista inglés y un cazatalentos irlandés que revolucionó el planeta beat desde aguas no jurisdiccionales. Comunidad Económica Europea en versión musical. Lo que nadie puede negar es que el nombre del grupo no podía ser más español: Los Bravos.

Mucho se ha escrito acerca del poco entusiasmo que por el pop sentían las autoridades y los medios de comunicación nacionales cuando los Beatles visitaron nuestro país. Pero también es cierto que, pocos meses después, la situación cambió radicalmente y las reticencias iniciales se transformaron en un sólido apoyo a los conjuntos de sonidos beat a través de festivales, revistas y programas de radio, lo que convirtió a los músicos yeyés en los nuevos ídolos de una juventud ansiosa de modernidad. Esto se evidencia en el nacimiento de Los Bravos: lanzamiento desde El Gran Musical, primera actuación nada menos que en el Teatro de la Zarzuela (templo del buen gusto y la música “elevada”) y consagración en el Festival de los Ídolos, certamen con el que El Corte Inglés consiguió captar la atención, y el dinero, de las nuevas generaciones.

Alain Milhaud era un “hombre de música”, un productor eficaz al tanto de las novedades del mundo editorial. Apuesta todo a la carta del joven conjunto de Mallorca. Desde Madrid, crea un entramado de relaciones internacionales interesantísimo, un equipo de profesionales que jugaron un papel fundamental en el estallido de “Black is Black”. Tras unos inicios titubeantes en los tentaderos del mercado nacional (Los Bravos, haciendo honor a su taurino nombre, llegaron a actuar en la corrida en la que Palomo Linares tomó la alternativa), Milhaud diseña el plan de trabajo perfecto para triunfar primero en Inglaterra y después asaltar, desde una posición privilegiada, las listas de ventas de toda Europa. España, incluida.

Los Bravos – Cubierta Radio Caroline

En un primer viaje a Londres, Milhaud traba amistad con Phil Solomon, un emprendedor irlandés que acaba de reflotar la emisora pirata Radio Caroline. Las radios piratas, programando para el Reino Unido desde barcos anclados en el Canal de la Mancha las canciones que la BBC se negaba a emitir, se habían convertido en auténticas fábricas de estrellas pop. Solomon, que es además dueño del sello discográfico Major Minor, conoce los apuros económicos por los que pasa Radio Caroline en 1966, ofrece su apoyo financiero y, a cambio, consigue posicionarse en primera línea. Los Bravos le gustan: manos a la obra.

La otra pieza clave en el equipo de producción es Ivor Raymonde, un nombre que no le dirá gran cosa a la mayoría de nuestros lectores: busquen en las redes “I Only Want To Be With You”, una canción que Raymonde compuso para Dusty Springfield. Melodías como ésta son parte de nuestra educación sentimental. Ivor Raymonde trabaja para el sello Decca, es un consumado director musical y Milhaud consigue entusiasmar al inglés. Los Bravos fichan por Decca. Pero Milhaud riza el rizo y arranca a la compañía británica un beneficioso acuerdo por el cual se reserva la potestad de negociar la edición de los discos del grupo en otros países. Y así Los Bravos fichan por London en Estados Unidos, por Barclay para Francia, Suiza y los países del Benelux, con Tiffany en Italia y por Columbia en España. Jugada maestra. Internacionalidad asegurada.

Mes de Abril. Los Bravos, con Mike Kennedy a la cabeza, aterrizan en la capital inglesa. Los sindicatos no permiten a los extranjeros grabar en suelo británico, el reloj corre y la compañía presiona, así que Los Bravos ven cómo músicos de estudio ejecutan sus canciones mientras ellos toman nota desde “la pecera”. Luego Mike pone voz al playback. Cuenta la leyenda que, aprovechando una pausa para comer, los españoles consiguieron registrar, a hurtadillas, “La Moto”, un divertido tema que pasó a formar parte de su repertorio más clásico.

“Black is Black” se lanza al mercado inglés en Junio de 1966 y el conjunto español regresa al Reino Unido para afrontar una agotadora pero ilusionante gira promocional. Los Bravos conquistan Inglaterra con su potente directo, su simpatía y su innegable profesionalidad. Mike es un solista electrizante, de voz singular y gran presencia escénica. Giran por clubs de Manchester, Birmingham y Londres y actúan en programas de radio y televisión de máxima audiencia. Para cuando aparecen en el Ready, Steady Go! su caché es más elevado que el de las bandas inglesas. Al enterarse, unos celosos Small Faces simulan una trifulca con los españoles durante la sesión de fotos conjunta programada por Decca.

Los Small Faces simulando una pelea con Los Bravos

Éxito arrollador. Nada de esto habría sido posible sin el apoyo inicial de los djs de Radio Caroline, bien aleccionados por Phil Solomon, que bombardearon a la audiencia con “Black is Black” sin cesar. Explosión Bravos. Un grupo español triunfando en el universo de Carnaby Street, los Beatles y el Top of the Pops. Lo cierto es que la canción lo tiene todo: un ritmo irresistible, herencia de la música negra (“black”), una progresión armónica muy comercial, una producción dulce y ultramoderna, con metales, órgano y detalles de campanas tan del gusto de Ivor Raymonde… y el gancho de la voz de Mike Kennedy, un torbellino. Es increíble pensar que uno de los autores, Steve Wadey, sólo tenía diecisiete años cuando la compuso en su aldea a las afueras de Rochester junto a su amigo Tony Hayes. No es la única joya que ofrecieron a la banda; “Don’t Get In My Way” también es suya.

El disco llega al número dos en UK a finales de Julio, algo después alcanza el número tres en USA, y copa los primeros puestos en Japón, Australia, Israel, Noruega, Holanda… hasta vender un millón de discos en todo el mundo. Siguiendo la estrategia de Milhaud, la aparición en España se retrasa hasta el mes de septiembre y es tal la leyenda que rodea al grupo que el sencillo entra directo al número uno. Mientras el grupo gira por el continente, exprimiendo el éxito de “Black is Black”, aparece un segundo sencillo en Inglaterra. La canción elegida es una composición de Raymonde, “I Don’t Care”. Una decisión que con la que el productor y mánager Alain Milhaud no estaba de acuerdo, pues no consideraba que fuera el tema idóneo para la banda. El single llega al puesto diecisiete. Y lo que hubiera sido un triunfo, al compararlo con “Black is Black” se convierte en un fracaso.

Alain Milhaud se aleja de Raymonde y centra sus esfuerzos en trabajar con Phil Solomon. Consigue que el sello Major Minor apueste por su otro grupo, Los Canarios, que se cuelan en Londres por la puerta que habían abierto Los Bravos. Unos Bravos que giran por Estados Unidos y vuelven a España en loor de multitudes. Aciertan al publicar como siguiente single “La Moto”, que es un éxito tremendo aquí. Y, lo que es un dato sorprendente, aparecen en Televisión Española por primera vez en el “Especial Nochevieja 66”. Mientras tanto, Phil Solomon, asediado por problemas legales con su emisora pirata y algo decepcionado ante la poca repercusión del último lanzamiento, pierde interés por Los Bravos y abandona su campaña de promoción en el Reino Unido. Pero eso no detiene al conjunto. Puede que su sueño inglés se esté desvaneciendo pero hay otros mundos por conquistar. Despiden el año con un brindis por los nuevos proyectos: discos, giras y largometrajes. Todo gracias a “Black is Black”, el mayor hito internacional de la historia pop española.