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El verano ya está aquí. Y un año más millones de chicos de todo el mundo volverán a vivir en los bosques. Caminarán entre las montañas, se bañarán en los ríos, descubrirán la naturaleza, reirán al aire libre y volverán a dormir bajo las estrellas. Son los scouts y las guías. Nadie hablará de ellos en los medios NoDo, pero a ellos les dará igual porque muchos de ellos van a pasar una de las mejores vacaciones de sus vidas. Durante los campamentos profundizarán en los valores scouts y en el conocimiento del fundador del Movimiento Scout: Baden-Powell.

La vida del fundador

Robert Baden-Powell es conocido en los círculos escultistas como B-P. Nació en Paddington, Londres en 1857. Fue el octavo de diez hijos. Su padre fue profesor de la Universidad de Oxford y murió cuando B-P tenía solo tres años. Es fácil imaginarse la situación de precariedad en la que se quedó su madre.

Robert siempre fue un niño despierto y con inquietudes. Le gustaba todo: el deporte, el piano, el violín, la talla y la escultura. Solía escaparse del colegio para esconderse de los profesores y le gustaba hacer expediciones aventureras con sus hermanos.

El joven Robert nunca fue un estudiante destacado, pero consiguió alistarse en el Ejército por la puerta grande. Gracias a su complexión física, quedó en segundo lugar en las pruebas de selección. Con apenas diecinueve años fue destinado a la India como oficial. Allí demostró una habilidad fuera de lo normal para la exploración, la confección de mapas y los reconocimientos. Sus superiores pronto le encomendaron la misión de formar a otros soldados sobre el terreno. Los métodos de B-P eran poco ortodoxos para su tiempo: él creaba pequeñas patrullas bajo el liderazgo de una sola persona y concedía reconocimientos especiales para aquellos que tuvieran un mejor desempeño. Para aquellos que destacaban especialmente les concedía unas insignias que podían lucir con orgullo en sus uniformes.

Posteriormente fue trasladado a los Balcanes, Sudáfrica y Malta. Regresó a África a ayudar a defender el poblado de Mafeking durante el sitio que sufrió en los inicios de la Guerra de los Bóer. Esta experiencia le permitió poner en práctica sus habilidades de exploración. Además, fue muy creativo a la hora de organizar la defensa del enclave. Puso a todo el pueblo a trabajar. Los niños y muchachos se organizaron para crear una red de enlaces que transmitían con eficacia los mensajes de un punto a otro. Y B-P ingenió varios trucos de distracción para hacer creer a los asaltantes que el poblado estaba defendido por más soldados de los que realmente había.

Las hazañas del joven oficial llegaron a Inglaterra. El sitio de Mafeking tuvo una importante cobertura mediática porque el hijo del primer ministro británico se vio sorprendido en él. Al regresar a su tierra, B-P descubrió que la prensa le había convertido en un héroe nacional. También le sorprendió que el manual que había escrito para los soldados (Ayudas para la exploración) estaba siendo utilizado por formadores y profesores para enseñar observación y técnicas de supervivencia a jóvenes de todo el país.

Inicios del Movimiento Scout

En esos momentos el Imperio británico se encontraba en pleno declive y la sociedad estaba desmoralizada por el desempleo. El alto mando estaba preocupado por el estado físico y psicológico de los jóvenes ingleses. Solo dos de cada cinco estaban en condiciones de poder pasar los filtros del reclutamiento. B-P tenía un gran carisma personal y llevaba tiempo dando charlas en distintas asociaciones juveniles. El ejército le encargó que pensara formas para poner en forma a la juventud británica.

B-P se concentró en reescribir Ayudas para la exploración para adaptarlo a un público infantil y juvenil. En 1907 hizo un campamento experimental en la Isla Brownsea en Dorset para ensayar sus ideas. Reunió a una veintena de niños de distintas clases sociales y los llevó de acampada. Este fue el primer Jamboree que se celebró y se ha considerado como el origen del Movimiento Scout. Fueron ocho jornadas concentradas en actividades de supervivencia, exploración, rastreo, ejercicio físico, fuegos de campamento y formación patriótica.

Escultismo para muchachos se publicó en 1908. Fue un súper-ventas. Chicos y chicas de todo el país formaron espontáneamente patrullas scout para aplicar los valores de B-P. El manual estaba pensado inicialmente para que pudiera ser usado por las agrupaciones juveniles existentes, pero el carisma de B-P y la innovación de sus métodos exigían la creación de un movimiento nuevo.

Baden-Powell tuvo que crear una oficina para gestionar el alto número de solicitudes de admisión que estaban llegando. El Movimiento Scout se difundía rápidamente. B-P quiso que los chicos y chicas llevaran uniforme para fortalecer su sentido de pertenencia y eliminar las diferencias sociales. Todos los scouts debían tratarse como amigos y hermanos, con independencia de su ascendencia social o el dinero que tuvieran sus familias.

B-P se retiró del ejército en 1910, a la edad de 53 años, por petición del mismísimo Rey. Eduardo VII le dijo que podía prestar un mejor servicio al país desarrollando el Movimiento Scout. Así, liberado de sus obligaciones militares, se pudo concentrar en perfeccionar el ideario y la organización de los Boy Scouts y de las Guías Scout. A partir de este momento, viajó por todo el mundo para animar a los líderes juveniles de otros países a sumarse al Movimiento.

B-P contrajo matrimonio con Olave Soames a los cincuenta y pico años. Su mujer fue su colaboradora más estrecha y la responsable la división femenina. Tuvieron tres hijos en común. A Lady Olave Baden-Powell posteriormente se le conoció como Jefa Guía Mundial.

La Ley y la Promesa Scout

B-P escribió 32 libros. En los primeros textos se aprecia una gran influencia militar. En Jóvenes Caballeros del Imperio desfilan algunos de los tópicos del orgullo británico y de su imperialismo colonial. Hazañas de la caballería británica, loas a Nelson y la victoria de Trafalgar, etc.

Pero con el tiempo su pluma se irá concentrando en los aspectos más importantes de la formación en valores. Y, a medida que el Movimiento se expandía, B-P comprendió que los principios scout debían ir mucho más allá de la salvaguardia de un Imperio declinante.

B-P tuvo claro que su principal misión debía ser forjar el carácter de los jóvenes para que el día de mañana fueran adultos íntegros, sacrificados y con vocación de servicio a su país y a los demás. Para ello quiso dotar al movimiento scout de un estilo propio que sintetizó en la Ley Scout.

B-P se inspiró en distintos códigos para definir esta Ley. Entre ellos, estaba el Bushido de los samuráis japoneses, las leyes de honor de los indios americanos y los guerreros Zulú y, sobre todo, el código de la caballería de la Edad Media.

Los artículos de la ley fueron evolucionando desde su primera publicación en 1908 hasta la última versión de tres décadas después:

  1. El scout es digno de confianza.
  2. El scout es leal.
  3. El scout es útil y ayuda a los demás.
  4. El scout es un amigo para todos y un hermano para todos los demás scouts.
  5. El scout es educado.
  6. El scout es amigo de los animales y respeta la naturaleza.
  7. El scout es obediente.
  8. El scout sonríe ante todas las dificultades.
  9. El scout es trabajador.
  10. El scout es limpio en pensamiento, palabra y obra.

La Promesa es un compromiso personal que todo scout asume, de forma libre y cuando cree que está preparado, para cumplir con los valores y principios del escultismo.

B-P la formuló por primera vez en Escultismo para muchachos. El texto de la Promesa scout ha ido variando a través del tiempo y de país en país, para adaptarse a las distintas realidades y culturas. La formulación actual es la siguiente:

«Yo prometo por mi honor hacer todo cuanto de mí dependa para cumplir mis deberes para con Dios y la Patria, ayudar al prójimo en toda circunstancia y cumplir fielmente la ley Scout.»

Como puede uno imaginarse, la referencia a Dios y al patriotismo genera permanentemente debates interesados en un mundo cada vez más secularizado y en el que el sentimiento nacional se ha debilitado. Pero estos pilares siguen en el corazón del Movimiento.

B-P designó a San Jorge como el patrón de los scouts. Era un santo caballero que no dudó enfrentarse a un dragón pertrechado solo con un caballo y una lanza. Simboliza el coraje y el arrojo para enfrentarse a cualquier situación injusta que define el espíritu scout. Cada 23 de abril los scouts renuevan su promesa.

Sus últimas palabras

A los ochenta años, y con un estado de salud delicado, B-P regresó a África. Se instaló en Nyeri, Kenya, en un semi retiro para poder dedicar sus últimos días a pensar y escribir.

B-P murió tres años más tarde, en 1941. Fue enterrado en una sencilla tumba con vistas al Monte Kenya. Su tumba ha sido declarada monumento nacional en Kenya. Su mujer Olave continuó con su misión y promovió el Movimiento Scout por todo el mundo hasta su muerte en 1977. Después se cumplió su deseo de ser enterrada al lado de su marido.

Hoy el Movimiento scout está firmemente arraigado en África y cada aniversario del nacimiento de B-P se celebra su figura en ese continente.

Tras la muerte de B-P, se descubrió una breve carta que había escrito como consejo final a sus queridos scouts. Sus últimas palabras fueron las siguientes:

«He tenido una vida muy dichosa, y quiero que cada uno de vosotros también la tenga. Creo que Dios nos puso en este mundo maravilloso para que fuéramos felices y disfrutáramos de la vida. La felicidad no procede de ser rico, ni siquiera del éxito profesional, ni de conseguir todos los deseos que uno tenga. El camino hacia la felicidad pasa por hacerse sano y fuerte cuando se es un niño, para poder ser útil y así gozar de la vida cuando se es un hombre. La observación de la naturaleza os mostrará cómo Dios ha llenado el mundo de belleza y de cosas maravillosas para que las disfrutemos. Debemos ser felices con lo que nos haya tocado y sacar el mejor partido de ello. Mirad el lado bueno de las cosas, no el lado malo. El camino verdadero para conseguir la felicidad pasa por hacer felices a los demás. Intentad dejar este mundo un poco mejor de como lo encontrasteis, y cuando os llegue la hora de morir, podréis morir felices, sintiendo que de ningún modo habréis perdido el tiempo, sino que habréis hecho todo lo que estaba en vuestra mano. Así, estad siempre listos para vivir felices y morir felices: aferrados siempre a vuestra promesa scout, aun cuando hayáis dejado de ser muchachos, y que Dios os ayude a cumplirla».

En estas últimas palabras aparece destilado todo el pensamiento de la madurez de B-P. La importancia de forjar el carácter, la pertenencia del hombre a la naturaleza, la alegría de vivir, la gratitud a Dios por los dones recibidos y la vocación de servicio a los demás.

Esta visión de la juventud basada en ideales altos supone un verdadero desafío para una época en la que el mercado formatea a los adolescentes para reducirlos a consumidores caprichosos y dóciles.

Se calcula que más de 500 millones de personas en el mundo han sido scouts alguna vez en su vida. Actualmente hay más de 40 millones de scouts y guías en servicio repartidos por los cinco continentes. Ese es el legado vivo de Baden-Powell.

Todos esos chicos están formándose en valores para ser personas de provecho cuando lleguen a la edad adulta. Pero eso será en el futuro. Porque el verano ya está aquí y lo que ahora quieren esos muchachos es volver a los bosques. Para caminar entre montañas, bañarse en los ríos, descubrir la naturaleza y reír al aire libre. Y, por qué no, para volver a dormir bajo las estrellas.