Con más que menos frecuencia, entre situaciones injustas, escenarios negros o acontecimientos dolorosos, suele haber una persona o un gesto que brilla, que no nos permite desanimarnos del todo, que nos recuerda que existe la bondad, que Dios en su misericordia no abandona a su pueblo.
Pensaba en esto cuando ocurrió el atentado en aquel parque de Annecy el pasado junio y el joven Henri d’Anselme, el “héroe de la mochila”, ponía su parte para detener al atacante. D’Anselme estaba en esa región de visita en medio de su proyecto de peregrinar a pie (y haciendo autostop) a todas las catedrales de Francia que va contando en su cuenta de Instagram @le_chant_des_cathedrales. En realidad, no venía a hablar de él, sino de un colegio al que le invitaron a dar una charla cuando estaba en Sées (Normandía). Me pareció interesante al echarle un vistazo a las fotos de su perfil. Aunque es poco probable que ningún lector vaya a llevar a sus hijos allí, lo concreto nos sirve para hablar de la verdad que encierran algunas ideas y como excusa para resaltar las buenas iniciativas que surgen a pesar de lo desfavorable que sopla el viento.
Institut Croix des Vents es un colegio de primaria (mixto) y secundaria (varones) que se define como apoyo a las familias cristianas en la educación de sus hijos. Es un lugar precioso, tanto el edificio como las cuatro hectáreas de parque que lo rodean. Quizá el lema sirva para resumir el motor y el sentido de su propósito: “Una cura salus” (una sola preocupación, la salvación de las almas), que recuerda que el fin último de todas las cosas es la gloria de Dios y la salvación de las almas. Es decir, Croix des Vents es un colegio abiertamente cristiano que cree que la fe no puede desprenderse del resto de facetas de una persona y que considera que lo sobrenatural se desarrollará mejor cuanto más ordenado esté todo en el nivel natural.
La educación que ofrecen está fundamentada en la transmisión de la verdad, procurando que en todos los aspectos que le rodean el alumno busque y ame la verdad, que no es ni subjetiva ni variable. Otro punto de apoyo es la formación en libertad –dar al niño las herramientas necesarias para escoger el bien a lo largo de su vida presente y futura– mediante la adquisición de virtudes morales e intelectuales y de buenos hábitos esenciales para la vida en sociedad, como la puntualidad, la cortesía, la amabilidad hacia los demás, la atención y el respeto hacia los mayores y al bien común. Otra característica que acompaña a esa aspiración del colegio hacia la verdad y la libertad es brindar a los niños la oportunidad de sentir la belleza y la bondad de Dios a través de la vivencia de la santa liturgia y fomentando la caridad fraterna.
La música y el deporte juegan también un papel relevante en la vida del instituto. Aparte del básquet y el boxeo, el rugby tiene un protagonismo especial en el Instituto Croix des Vents, puesto que consideran que potencia los valores de trabajo en equipo y superación personal; es una asignatura que se imparte desde una o dos horas semanales dependiendo del curso.
En su perfil de Instagram llaman la atención las fotos de un espectáculo que representaron al aire libre y abierto al público a final del curso pasado sobre la historia de la ciudad de Sées, desde los galo-romanos hasta la liberación pasando por la edad media. En el vídeo se puede ver la excelencia del vestuario, los decorados, la involucración y de la puesta en escena. Tal vez no es desacertado decir que el buen resultado del espectáculo pone de manifiesto los ideales del colegio. Que proyectos como el Instituto Croix des Vents funcionen quizá sirve para reflejar que en la posmodernidad no todo está perdido, que es posible vencer al mal con el bien.