Hace ya cinco años, en octubre de 2019, que nació el colectivo Némesis. Convencidas un buen número de mujeres francesas que su mayor riesgo no está en un «patriarcado» abstracto y obtuso sino, más bien, en la creciente inseguridad de las calles de Francia, emergió este «grupo de mujeres parisinas, en su mayoría jóvenes, hartas de ser acosadas, agredidas, violadas y asesinadas por nuestro género, nuestra forma de vestir o incluso nuestro origen».
Némesis nació, bajo el ejemplo de la diosa de la mitología griega, con el propósito de denunciar el silencio que Europa guarda sobre la seguridad de sus mujeres. Recuperando «la ira justa y el castigo celestial» de la diosa Némesis, este grupo de francesas además ha terminado por formar «la isla donde las náufragas del feminismo se refugian».
Un feminismo sin complejos
El colectivo reconoce sin complejos su principal objetivo: «Liberar la voz de las mujeres francesas y poner de relieve el papel que desempeñan las políticas migratorias en los problemas de las mujeres». Existe una estrecha relación entre inseguridad e inmigración ilegal y las jóvenes de Némesis se han atrevido a denunciarlo en voz alta, frente a la corrección de los medios de comunicación, tan silentes en esta cuestión.
Una relación que «las asociaciones feministas tratan de ocultar enmascarando nuestros problemas muy concretos con conceptos abstractos como «patriarcado», negando el origen y la religión de los agresores». Y eso, las mujeres de Francia saben que no es verdad. No es una cuestión de racismo señalar que «el multiculturalismo genera problemas».
Su bandera, sin embargo, sí es feminista, y en Némesis denuncian la instrumentalización de esta causa por parte de unas pocas. “Algunas nos declaramos de izquierdas, otras nos declaramos de derechas, y otras somos apolíticas», explican, garantizando que ninguna es racista puesto que muchas de las jóvenes de este colectivo son inmigrantes: «Ellas son las primeras interesadas en señalar que la inmigración ilegal trae problemas, también para las mujeres extranjeras».
Dos denuncias y un empeño
Las ideas de estas mujeres quedaron hace tiempo plasmadas en un manifiesto. Confluyendo sus «diversas trayectorias», el Colectivo Némesis decidió emprender la lucha para defender a las mujeres occidentales apoyadas en dos denuncias y un empeño.
En primer lugar, Némesis denuncia «toda forma de violencia contra las mujeres, ya sea en su vida cotidiana, en el trabajo o en la calle». Y hasta aquí los lectores de Centinela estamos de acuerdo y la gran mayoría de los españoles también. ¿Quién no querría denunciar un problema tan grave? El debate llega, sin embargo, con la segunda de sus denuncias. Ubicado el problema, Némesis quiere acabar con su causa: «El peligroso impacto de la inmigración masiva en las mujeres occidentales para que esta cuestión se convierta en un debate público». Y aquí Centinela sigue de acuerdo, claro.
Por último, habiendo localizado causa y consecuencias, Némesis plantea una entre muchas soluciones: «Promover la civilización europea, no por haber reducido a la mujer al papel de objeto, sino como cuna de su autorrealización». La libertad de las mujeres, nos dice Némesis, la encontraremos de nuevo en la cuna de Europa.
Unos datos alarmantes
La preocupación de estas jóvenes francesas se entiende rápidamente a la luz de los datos. En Isla de Francia, región donde surgió el colectivo, el 63% de las agresiones sexuales en los transportes públicos son cometidas por magrebíes y africanos, según los datos del Ministerio del Interior francés. Un Ministerio que también ha reconocido recientemente que el 14% de los sospechosos de delitos sexuales son de nacionalidad extranjera.
A estas escandalosas cifras se han unido las ofrecidas por el Observatorio Nacional de la Delincuencia en Francia. El 52% de los acusados en casos de violación en la ciudad de París eran extranjeros. Por no hablar de los números de inseguridad que asolan todo el continente europeo: el 42% de las violaciones en Italia, por ejemplo, fueron cometidas por extranjeros; o en Suecia, donde el 58% de condenados por violación procedían de África; o el alarmante 93% de delincuentes sexuales en Finlandia que proceden de Afganistán o Marruecos.
Contra estas cifras de inseguridad para las mujeres occidentales, Némesis desarrolla un completo calendario de manifestaciones, campañas de publicidad, homenajes a mujeres que han sido víctimas de esta violencia sexual, exposiciones sobre la inmigración ilegal, informes con los datos de inseguridad, así como campañas a través de la participación política. Este grupo de francesas lleva ya un lustro alzando la voz contra la islamización de Occidente y la inseguridad de las mujeres; por eso recoger hoy su testimonio es nuestro mejor homenaje.