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Un adolescente miembro de una patrulla urbana, un matrimonio de millonarios dispuesto a apretar el gatillo para defender su propiedad, una cirujano veterana de varias guerras metida a monja, un David de pueblo que ha hecho morder el polvo a dos Goliats de la comunicación, una candidata a congresista pisando fuerte con sus taconazos rojos, un joven fiscal negro con una prometedora carrera política por delante… En un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo como el que se vive, la derecha americana, más que líderes, busca referentes. Estos son algunos.

Kyle Rittenhouse: patrullando la ciudad en llamas

¿Cómo era eso que dijo Charlton Heston en una convención de la Asociación Nacional del Rifle, blandiendo un Winchester 1866? “Solo me lo quitarán de mis manos muertas y frías”. La noche del pasado 24 de agosto, en el condado de Kenosha, Wisconsin, el joven Kyle Rittenhouse no portaba un Winchester 1866, como el del famoso actor, sino un AR-15, que unos alborotadores trataron de arrebatarle con su vida. Rittenhouse, de 17 años, no es de Kenosha, sino de Illinois. Leyó en redes sociales que una milicia local pedía refuerzos para proteger los hogares y negocios del condado y agarró su fusil y se presentó voluntario. En un momento de la noche, se vio rodeado por activistas antifa. En su huida, cayó al suelo, lo que aprovecharon sus perseguidores para abalanzarse sobre él. De cuatro tiros, Rittenhouse mató a dos y dejó a un tercero fuera de combate. No es cierto que fueran desarmados, según la versión inicial de ciertos medios. El derecho a portar armas y la legítima defensa serán las mejores bazas de los abogados del joven en el juicio. Preguntado por el caso, Trump se negó a condenar su acción. Sí le dio like a un tuit en el que se presentaba a Rittenhouse como un argumento a favor para votar republicano.

Mark y Patricia McCloskey: yo que tú no lo haría, forastero

Poco se sabe de este matrimonio de millonarios con mansión en San Luis, Misuri. El pasado julio, una manifestación de Black Live Matters atravesó Portland Place, la urbanización en la que viven los McCloskey, para protestar frente a la casa de la alcaldesa de la ciudad. Como vecinos del complejo de lujo, los McCloskey tienen derecho a considerar como propias las zonas comunes. Y a protegerlas. Eso hicieron armados con un rifle y una pistola, advirtiendo a los manifestantes de que no dieran un paso más. Su temor estaba fundado. Últimamente, las marchas apellidadas “pacíficas” por los grandes medios acaban con disturbios y muertos. ¿Ultras los McCloskey? ¡Si han sido donantes del Partido Demócrata y apoyan el movimiento Black Live Matters! Lo que no quita para que los republicanos los consideren dos de los suyos por su defensa de la propiedad privada y del derecho a portar armas.

Deirdre Byrne: una monja de armas tomar
Deirdre Byrne durante su intervención en la Convención Nacional Republicana

Deirdre Byrne durante su intervención en la Convención Nacional Republicana

¿Qué pasa en Estados Unidos, que hasta las monjas van armadas? Deirdre Byrne, sí. Su arma es su rosario, que mostró orgullosa en la Convención del Partido Republicano. Dijo rezarlo a diario por el que calificó como presidente más pro-life de la historia de los Estados Unidos: Donald Trump. En su discurso, sister Deirdre afirmó, categórica, que la vida comenzaba en el instante de la concepción. ¿Supersticiones de monja? No. Opiniones de científica. Deirdre Byrne cursó estudios de Medicina en la Universidad de Georgetown. Como tantos universitarios de ayer y hoy, pidió prestado dinero al banco. Para devolverlo, se enroló en el ejército, donde permaneció 29 años, hasta que tomó los hábitos en 2002. Como médico militar, Deirdre sirvió en Haití, Sudán, Kenia, Iraq, Afganistán y otros puntos de la extensa geografía del acabose. Hoy sigue sirviendo a los más pobres y desvalidos en Washington D.C. ¿Acaso hay refugiados en la capital del imperio? Hay niños que no llegan a nacer, allí y en el resto del país. Esos son los más marginados, dice sister Deirdre, que reza a Dios para ser un humilde instrumento que de voz al grito silencioso de tantísimos. Cuidado con lo que pedís en vuestras oraciones, bromea: igual hasta os toca hablar en la Convención Nacional Republicana.

Nicholas Sandmann: un joven Quijote contra los molinos de la manipulación

No sabemos si este joven católico de Kentucky ha rezado alguna vez para hablar ante la Convención Nacional Republicana. Puede que nunca lo imaginara. Como tampoco imaginó lo que cambiaría su vida en 2019, tras participar en la Marcha Por la Vida que cada año recorre Washington D.C, con manifestantes llegados de todo el país. Cuando Nicholas y sus compañeros de colegio -Covington Catholic High School- se disponían a regresar a casa, cuando Natham Phillips, un activista nativo americano se acercó a provocarles, tocando un tambor a escasos centímetros de la cara de nuestro joven protagonista. Este no perdió la calma. Ni la sonrisa, de la que se valieron la CNN y The Washington Post en Estados Unidos -y El País y la Sexta en España- para construir una narrativa, más que para dar una noticia: un grupo de jóvenes blancos de la América rural, asistentes a una marcha pro vida y tocados con una gorra de apoyo a Trump, se ríen en la cara de un nativo americano. ¿Para qué contrastar con Sandmann y el resto de Covington Boys la veracidad de la historia, si encajaba a la perfección en sus sesgos informativos? Nicholas, su familia y sus amigos, lejos de arrugarse ante las mentiras y las amenazas, hicieron valer su versión de los hechos, obligando a la CNN y The Washington Post a reconocer la patraña y llegar a un acuerdo millonario. En la Convención Nacional Republicana, Sandmann terminó sus palabras tocándose la cabeza con una gorra roja con el mensaje Make America Great Again. Esta vez, ningún comentarista progre se atrevió a manipular sus palabras y su gesto. No fuera a ser que…

La candidata republicana al Congreso Kim Klacik

La candidata republicana al Congreso Kim Klacik

Kim Klacik: pisando fuerte

Otra con la que tampoco parecen atreverse es con Kim Klacik, al menos para decirle que está en contra de la mujer y los negros. ¿Cómo iba a estarlo, si es mujer y negra? Y republicana. Su puesta política de largo ha sido un vídeo promocional de su candidatura al Congreso por Maryland. Embutida en un vestido rojo y encaramada a unos altísimos tacones de igual color, Klacik recorre las calles de Baltimore. No es un paseo turístico, precisamente. Es una denuncia a medio siglo de gobiernos demócratas. Baltimore es una de las cinco ciudades más peligrosas de Norteamérica, con una tasa de criminalidad diez veces mayor que la media y un índice de pobreza del 20%. Seguida por una cámara, Kim se adentra en barrios degradados por el alcohol, las drogas o el crimen, habitados mayoritariamente por negros, a los que pregunta si son partidarios de desmantelar a la Policía. Todos responden que no. Ella también está en contra. Porque a Kim, las vidas negras, las vidas de su gente, le importan, y de verdad.

Daniel Cameron, ¿el Obama republicano?

Causó furor en la Convención Nacional Republicana. Por su discurso, por su carisma, por su juventud y por la carrera que tiene por delante. A sus 34 años, Daniel Cameron es fiscal general del Estado de Kentucky, el primer negro en alcanzar tan alta magistratura. Nadie le ha regalado nada. Todo lo ha logrado a base de trabajo duro, guiado por la fe en Dios y siguiendo el ejemplo de sus mayores, entre los que cuenta a sus padres, a los viejos esclavos que rompieron las cadenas de la esclavitud y también a figuras como Lincoln, Ulysses S. Grant, Eisenhower o Reagan, hoy cuestionadas. Todos forman parte de una compleja y grandiosa historia común de la que Cameron aspira a ser un eslabón de continuidad, haciendo de su partido una fuerza para el bien de Occidente y de los Estados Unidos, una nación indispensable en el mundo. Él cree que sí, que se puede.