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Hace un año se estrenaba el canal de YouTube “One of Nine”, una ventana a la vida familiar católica en Reino Unido que sirve a un tiempo a dos propósitos: generar una comunidad de apoyo y ejemplo y, sobre todo, mostrar la grandeza de la familia en los diferentes tamaños y formas posibles. Detrás de este proyecto está un joven matrimonio del sur de Inglaterra, Peter y Maria Jones. Maria (de una familia de nueve hermanos, a lo que hace referencia el nombre del canal) es la que lleva a cabo las entrevistas y Peter, el que está detrás de la cámara.

Él es productor y fotógrafo de profesión y demuestra destreza con la producción: son documentales bien hechos, de calidad y con personalidad propia y, junto a la forma íntima en la que ella dirige las conversaciones, en un tono dulce y alegre, logran que el espectador sienta los testimonios tan cercanos como interesantes. Es tierno ver cómo la familia entrevistada recibe a los Jones con sus cinco hijos (están esperando el sexto) en su casa y unos y otros se entremezclan con naturalidad en medio de juegos y snacks. En ocasiones, mientras hablan las madres, se oyen algunos gritos o lloros, o los más pequeños interrumpen reclamando atención; entra dentro de la magia de asistir al caos gozoso de la normalidad familiar.

Familias heterogéneas con un propósito común

En todos los vídeos hay un componente común: se trata de familias católicas (grupo minoritario en Reino Unido) practicantes (todavía más minoritario) que ponen su fe en el centro de su propósito vital y de su día a día. Es edificante conocer el recorrido de fe de los distintos matrimonios. Algunos nacidos de padres católicos y que nunca dejaron de practicar, otros que se distanciaron en su adolescencia para regresar con mayor convicción y otros tantos que conocieron el catolicismo de adultos y se convirtieron a él desde el ateísmo, el anglicanismo, el metodismo, o lo que fuera.  A partir de allí, los escenarios son variados. Familias numerosas, otras sin hijos; niños escolarizados en casa, otros en el colegio; matrimonios tardíos; jóvenes; amas de casa, madres con trabajos fuera; bebés, adolescentes… Cada familia tratando de resolver lo mejor posible sus desafíos cotidianos, de enfrentarse a situaciones más frecuentes de lo que podría pensarse -abortos, enfermedades, embarazos y partos complicados-, o de sobrellevar episodios realmente duros, como la muerte prematura y accidental de un hijo.

Orgullo y responsabilidad

A pesar de que algún momento conmueve hasta las lágrimas, no son en ningún caso vídeos tristes, y todos están enmarcados dentro de la fe profunda que les motiva a buscar incesantemente la santidad; hay una cantinela que se repite entre las madres a propósito de diferentes ejemplos: no podemos controlar todo y, sólo cuando dejamos de pretender que podemos y abrazamos la voluntad de Dios, somos felices. Es además conmovedor cómo insisten, tanto cuando hablan de educación como cuando explican la muerte de un hijo, que la principal misión como padres es llevar hijos al cielo. Entre unas imágenes típicamente inglesas -un paisaje muy verde y lluvioso, la ropa de los niños tan propia, el té en todas partes, decoración bien lejos del minimalismo-, al espectador español puede que le llame más la atención el modo en el que esa minoría vibra con la fe católica con un orgullo y un visible sentido de responsabilidad que cuestan de encontrar aquí.

Mientras veía el último vídeo subido por los Jones, recordaba el comienzo de Ana Karenina y pensaba que “One of Nine” parece contradecir esa sentencia: las familias felices lo son también cada una a su manera.