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«La Legión Extranjera» es el nombre que el periodista Àlex Oró dio al contingente de grupos musicales que a mediados de los sesenta se establecieron en nuestro país, enriqueciendo la escena con su imagen y sonido. De Venezuela llegaron Los Impala, del Reino Unido The End y los Tomcats, Los Indonesios y Tony Ronald con sus Kroners vinieron desde Holanda y The Vampires de Alemania. Una de las bandas más interesantes de todo el batallón fueron The Mode, un joven y excitante conjunto inglés que apareció por Madrid en el otoño del 66, dejando una huella imborrable en España. Casi tan imborrable como la que España dejó en ellos.

Bob Thackway vivía en Letchworth Garden City, una preciosa localidad a cincuenta kilómetros de Londres, primer experimento del utópico plan urbanístico de las Ciudades Jardín a comienzos del siglo pasado. Bob, dieciséis años, tocaba la batería en The Summits, una prometedora banda local cuyo repertorio combinaba temas de los Beatles y los Stones. Un día, recibe una sorprendente propuesta de otro grupo del área: The High Society tienen un contrato para actuar en Alemania pero les falta un batería. Cinco días después, con el beneplácito de sus compañeros y el permiso paterno, Bob se monta en una furgoneta Austin con la caja de cambios medio rota y llena de graffitis. Enfilan hacia Dover, cruzan en ferry el Canal, atraviesan Bélgica conduciendo  «por el lado equivocado» y llegan a Hamburgo, allí donde los Beatles se convirtieron en «Los Beatles» . 1964. Dieciséis años. Comienza la aventura.The High Society eran una banda de auténtico rhythm’n’blues en la que brillaban la voz de Jim Henderson y el intuitivo órgano de Graham Bircumshaw, imprescindible para recrear los temas de su ídolo, Ray Charles. Barry Banks a la guitarra y Ron Sale como bajista completaban la formación en la que entró Bob. Tras su estancia en Hamburgo, el conjunto giró sin cesar por todo el país: Franzburg, Hannover, Colonia, Dusseldorf… Llegaron a recalar durante tres meses en el puerto pesquero de Cuxhaven. Cerca de allí, durante una actuación en una base militar americana, un sargento negro se subió a cantar y tocar el saxo con la banda. Un gesto espontáneo que desembocó en amistad. Y, a través de su nuevo amigo y su colección de discos, The High Society descubrieron el Soul.

Tras un año largo de gira y algo hartos de tocar «Wooly Bully» cuatro veces cada noche, The High Society retornan a Inglaterra convertidos en un excelente combo de rhythm’n’soul. Su actuación de regreso en Letchworth causa sensación y reciben ofertas para tocar durante 1965 por el norte del país. De vuelta a la tranquilidad del hogar, es cuando Ron y Barry deciden abandonar. Bob, entonces, recurre a sus antiguos socios en The Summits. Entran en el grupo Terry Taylor a la guitarra y su amigo del alma, Peter Roberts, como bajista. Pasan a llamarse The Mode, «La Tendencia». Con esta segunda alineación ya asentada, se presentan a un concurso de bandas en el sur del país. Los ganadores son The Spectres (años después, archi-famosos como Status Quo) y The Mode consiguen el segundo puesto. Su premio: una gira por España, Portugal y el Norte de África. Sol, playa y chicas para el verano de 1966. No se lo piensan dos veces.Viajan a España en tren, un trayecto interminable en el que emplean ¡17! horas desde Irún a Madrid. En la capital han de contactar con el promotor de la gira, un libanés de nombre Teddy Raye. Llegan a la estación de Príncipe Pío y… ni rastro de Raye. Durante una semana sobreviven en Madrid gracias a la ayuda de unas bailarinas inglesas que se apiadan de ellos y les consiguen comida y alojamiento. Cuando por fin aparece el promotor, mete al grupo en dos taxis y se los lleva a Gijón. Aunque al principio el choque cultural es enorme, los ingleses pronto se habitúan al clima, a los horarios y a poder repetir plato en los restaurantes. El contrato asturiano estipulaba que cobrarían tres mil pesetas por noche por actuar como The Mode, además de acompañar a cantantes locales. Les dan partituras, pero no saben solfeo, así que Terry saca los temas de oído y se los enseña al resto. Coinciden con Los Silvers. El batería era Félix Arribas, que un año después entraría en Los Pekenikes; llevaba doble bombo y tocaba de miedo. The Mode asimilan a la primera el gran nivel de la escena española. Hay que ponerse las pilas.

Tras varios meses tocando por toda la costa norte, acompañando a Silvana Velasco y otras cantantes e interpretando sus versiones de Chuck Berry, de beat inglés y de éxitos americanos de Motown, descubren que Teddy Raye ha desaparecido con el dinero y tienen que escribir a casa pidiendo ayuda. Pierre Rouselle, un francés que dirigía la carrera de Adriángela, otra de las cantantes melódicas con las que actuaban, se hace cargo del grupo: son muy buenos y pueden triunfar en Madrid.

Llegan a la capital y se presentan en las discotecas de la cadena Consulado. Arrasan con su estilo bailable y su sonido, sustituyendo los habituales metales del soul por arreglos de órgano, el estupendo Vox Continental de Graham. Se convierten en asiduos de la noche madrileña, compartiendo escenario en la sala Mónaco con Los Tifones y otras bandas y socializando con músicos españoles y extranjeros, de paso por la capital. Hacen sonar el que seguramente fue el primer pedal de distorsión fuzz que se escuchó en España, muy al estilo del Spencer Davis Group y los Rolling Stones. Peter decide volver a Inglaterra y su sustituto será un bajista llamado Robbie, que estaba en Madrid con The Handful, una banda de Liverpool.Un nuevo sello discográfico, Sonoplay, les ofrece grabar un sencillo. Terry y Jim aportan las dos únicas canciones que conocemos de The Mode, ambas escritas bajo la innegable influencia de The Impressions, grupo vocal de Chicago, favorito de los ingleses. «What You Been Doing», la cara A, es un llenapistas imbatible, un clásico mod. Reservan para la cara B una preciosa balada, «Love is to Blame, Not You». Un gran sencillo que se edita con carátula doble y fotos de la banda por las calles adyacentes a la Plaza Mayor. Acuden al certamen de Conjuntos de León pero caen en la primera eliminatoria. El veredicto del jurado es inapelable: «Indumentaria Inadecuada». Vuelven a Madrid. Bob se hace amigo de Phil Trim y se lo presenta a Los Tifones, quienes tras su fichaje se convierten en los Pop-Tops. Conoce a Ángela y se casan. Es por entonces cuando ambos se afilian al sindicato para poder trabajar como extras en el cine. Estamos en 1967 y toda película que se precie ha de incluir una escena de boîte con yeyés bailando, así que nuestro Bob (alto, rubio y vestido de «inglés») se convierte en el rey de los castings y el celuloide. Todavía recuerda a Concha Velasco en los descansos de rodaje: encaramada a una silla, luciendo pierna y simpatía, contando chistes subidos de tono.

La alianza de su sello con la marca Movierecord fructifica en un film que es todo un muestrario del catálogo de Sonoplay. En «Hamelín» (1968), aparecen junto a Miguel Ríos, Los Impala y Los Botines, capitaneados por un jovencísimo Camilo Sesto. The Mode actúan con ropajes de época, interpretando «What You Been Doing», en una cinta que, nos tememos, no pasará a la historia del cine. Por esta época Jim, que no debía de tener los papeles en regla, se mete en un lío con una menor americana y es deportado a Inglaterra. El grupo resiste unas semanas pero termina separándose. Graham entra en Los Canarios, Terry se escapa a Suecia y luego, junto a Jim, se integra en The End (otro conjunto de «La Legión Extranjera»). Por su parte, Bob se une a los Pop-Tops, con los que llegaría a grabar la maqueta de «Mamy Blue».

A lo largo de los años, Bob Thackway ha sido uno de los mejores y más influyentes baterías que ha dado la industria musical española. La lista de colaboraciones es interminable y abarca tanto música popular (Los Mismos, Mari Trini, Las Grecas, Miguel Ríos…) como artistas de culto (Pop-Tops, Solera, La Mosca, Charol…). Aquella gira por España, Portugal y el Norte de África nunca existió. Pero Bob vino para tres meses y lleva ya cincuenta años con nosotros. Que sea por muchos más.