Aunque quizá no sea el comienzo más alegre de un texto, es pertinente decirlo: la envidia es uno de esos motores escondidos que mueven con gran potencia los corazones. La explicación de tantos malentendidos rocambolescos y, sin duda, uno de los rasgos más insoportables de la personalidad. Otros vicios son más simpáticos, sin duda. Sin embargo, pese al desprecio que nos despierta la envidia, no debemos menospreciarla. Aunque son muy pocos quienes reconocen que más de una vez les clava su aguijón, todos la padecemos, como buen pecado capital. Por eso, ante esta paradoja, el analista Rainer Zitelmann ha investigado este sentimiento, universal y, a la vez, desconocido.
A Zitelmann nos lo presentó el año pasado Fuentes Navarro a cuenta de la publicación de su libro “El capitalismo no es el problema, es la solución”. Ahora, el alemán ha vuelto a la carga con una sugerente obra recién traducida al español: “Los ricos ante la opinión pública”. Una investigación en la que Zitelmann, que padeció de marxismo en su juventud, analiza los prejuicios contra los adinerados en ocho países y llega a conclusiones muy interesantes. Por ejemplo: sólo el 1% de los españoles conoce a algún multimillonario y su opinión sobre ellos es veinte veces mejor que la del 99% restante que jamás ha tratado con ningún superrico. Otro: el 59% de los españoles considera que las personas ricas “no son decentes” y el 51% está de acuerdo con la afirmación de que “cuanto más tienen los ricos, menos hay para los pobres”. Esta semana, Zitelmann ha presentado su libro, editado en España por Unión Editorial, y Centinela ha tenido la oportunidad de conversar con él sobre la envidia hacia quienes, por un motivo u otro, el bolsillo les sonríe.
¿Por qué era necesario escribir este libro?
Los prejuicios contra las minorías se han analizado siempre de manera recurrente. Hay muchos libros sobre estos temas, pero no había ninguno que analizara los prejuicios contra los ricos. Como nadie lo había escrito, lo hice.
Sostiene que buena parte de la opinión pública deshumaniza a los ricos. ¿Cree que existe una leyenda negra contra el capitalismo? Si es así, ¿por qué no se han defendido los ricos de ella?
Es difícil responder a esta pregunta. Los ricos deberían haberse defendido de los prejuicios contra ellos, pero no lo han hecho porque tienen miedo. Es lógico desde el momento en que la izquierda, los anticapitalistas, quieren acabar con ellos. Algunas veces no han actuado por miedo; otras, no han entendido cómo funciona la política. Creo que deberían aprender de otras minorías el cómo defenderse de esos estereotipos, pero no tengo la mejor respuesta a esta pregunta: no entiendo por qué no lo han hecho hasta ahora.
¿La envidia esclaviza más que la división de clases?
La envidia es la razón por la que muchas personas no mejoran su situación personal. Si te pasas el día entero, de la noche a la mañana, pensando cómo podría irles peor a los que viven mejor que tú, quizá es el momento de pararte a pensar cómo puedes mejorar tú mismo. Al final, sólo hay dos maneras de reaccionar ante la envidia: o aprendes de los ricos, de las personas que son mejores que tú, para que a ti también te vaya bien, o maquinas cómo les puede empeorar la vida.
Usted fue marxista y ahora es millonario y defensor del capitalismo. ¿Cómo es posible salir del círculo vicioso de la envidia, si es que cayó en él?
La política me interesa desde que era muy pequeño. Con ocho años, escribí una carta a uno de los líderes políticos de Alemania; con trece, fundé un grupo maoísta en el colegio y un periódico izquierdista. Pero cambié cuando tenía veintipocos años. No fue un cambio repentino, de la noche a la mañana. No amanecí un buen día vistiendo una camiseta con el lema: “Adoro el capitalismo”. Al contrario, fueron muchas las cosas que me pasaron y que me alejaron del comunismo. Una de ellas fue mi tesis doctoral sobre el pensamiento económico de Hitler, su política socialista. Descubrí que todas las teorías marxistas eran completamente erróneas. Por otro lado, me di cuenta de que las políticas de Hitler tenían más rasgos socialistas y anticapitalistas de los que yo pensaba.
Sostiene que el capitalismo no es el problema, sino la solución. ¿Qué opina del distributismo como alternativa a los dos grandes sistemas económicos, el capitalista y el marxista?
El distributismo es un sistema económico que impulsó el Papa León XIII en la encíclica Rerum Novarum, en la que también condenaba el capitalismo. Los anticapitalistas se presentan de maneras muy distintas, el marxismo es sólo una de ellas. El distributismo, nacida en el seno de la Iglesia, es otra más.
Ha analizado la imagen de los ricos en 43 películas de Hollywood y constata que en la mayoría esa imagen es mala o muy mala. Sin embargo, muchas de esas películas fueron un éxito en taquilla, lo cual demuestra que el público demanda este tipo de productos. ¿No se debería dejar funcionar al mercado?
Por supuesto. Nadie quiere impedir que la gente vea esas películas. Pero nuestro análisis muestra que muchas de ellas muestran una imagen muy sesgada de los ricos. Y como la mayoría de la gente no conoce personalmente a nadie que sea rico o superrico, las imágenes que se forman de ellos no se corresponden con la realidad. He aquí un experimento mental: imaginemos que las películas en las que los personajes negros son constantemente retratados de forma negativa fueran populares y llenaran las salas de cine. Esto también sería, probablemente, muy criticado. ¿O simplemente diríamos: «Pero muchas de estas películas fueron éxitos de taquilla, lo que demuestra que el público demanda este tipo de productos. ¿No deberíamos dejar que el mercado funcione?». Cuando se trata de otras minorías, la gente es muy sensible, pero no con los ricos.
El filósofo español Miguel Ángel Quintana Paz ha desarrollado el concepto «capitalismo moralista», según el cual, las grandes empresas, sobre todo las tecnológicas y las que operan en los cinco continentes, no solo venden productos y servicios, sino que transmiten ideas muy determinadas del mundo, que suelen ser de izquierdas. ¿Por qué las élites se han vuelto anticapitalistas?
Las élites, en su conjunto, no son anticapitalistas. Hay que distinguir entre élites económicas, políticas e intelectuales. Sí, los intelectuales son anticapitalistas. Pero eso no es nada nuevo. De hecho, siempre han sido anticapitalistas. La mayoría de los empresarios están a favor de la economía de mercado, pero pocos están dispuestos a decirlo en voz alta porque temen quedar atrapados en el fuego cruzado de la crítica y la cultura de la censura. Hay un clima de opinión, especialmente en muchos medios de comunicación, que tiende a ser anticapitalista. No obstante, hay algunos ricos y empresarios que se manifiestan en contra del capitalismo o que exigen, por ejemplo, que el Estado les haga pagar más impuestos. Pero se trata de una pequeña minoría, aunque muy ruidosa.
Afirma en su último libro que el porcentaje de asiáticos que quieren enriquecerse es mucho mayor que el de los europeos, que no desean tanto hacerse ricos. ¿El futuro está en Asia?
Eso parece, aunque nunca debemos subestimar a Estados Unidos. Pero, por otra parte, es innegable que el futuro mira cada vez más a Asia.
¿Cree que llegará el fin del capitalismo? En ese caso, ¿cuándo cree que ocurrirá?
Basta con echar un vistazo a los escritos y las cartas de Marx para encontrar un flujo constante de predicciones sobre el inminente colapso y el fin del capitalismo. Un historiador ha contabilizado más de 3000 predicciones de colapso y revolución en los escritos de Marx. Es probable que las predicciones sobre el inminente fin del capitalismo en los 139 años transcurridos desde la muerte de Karl Marx se cuenten por decenas o incluso cientos de miles, y han vuelto a aumentar desde la crisis financiera de 2008 y la crisis del coronavirus de 2020. Se podrían llenar carpetas con profecías sobre el colapso que se avecina. Sin embargo, el fracaso de todas estas predicciones no significa que el capitalismo no pueda realmente llegar a su fin. Pero, si llega a su fin, no será como resultado de ninguna supuesta contradicción o defecto, sino porque tiene muy pocos defensores. Creo que el capitalismo merece ser defendido y yo soy su defensor.
Activistas de una de las expresiones del movimiento woke, Black Lives Matter, han llegado a actuar de manera violenta contra personas que pertenecen a colectivos contra los que se dirigen, sobre todo contra los blancos. Lo justifican por los agravios, pasados o presentes, ejercidos a su vez contra otros colectivos, como los negros. ¿Puede llegar a ocurrir lo mismo con los ricos?
Por supuesto. Toda la historia del siglo XX está llena de ejemplos de violencia, asesinatos y marginación hacia los ricos. Pensemos en la Revolución Rusa. Martin Ivanovich Latsis, uno de los primeros líderes de la policía política soviética, instruyó a sus subordinados el 1 de noviembre de 1918: «No hacemos la guerra contra ningún pueblo en particular. Exterminamos a la burguesía como clase. En vuestras investigaciones no busquéis documentos y pruebas sobre lo que el acusado ha hecho, ya sea de hecho o hablando o actuando contra la autoridad soviética. La primera pregunta que debes hacerle es de qué clase proviene, cuáles son sus raíces, su educación, su formación y su ocupación». Piensen en los cientos de miles de los llamados kulaks que fueron asesinados durante la era de Stalin. Piensen en los reinados del terror en China bajo Mao o en el gobierno de los Jemeres Rojos en Camboya. El odio de los comunistas se dirigió primero contra «los ricos», pero pronto se extendió para incluir a sectores cada vez más amplios de la sociedad, incluso a los trabajadores, a los que en realidad decían representar. Por eso, debemos ser críticos cuando se formulan hoy discursos de odio contra los ricos. Hace dos años, activistas anti-Amazon instalaron una guillotina frente a la casa del fundador de la empresa, Jeff Bezos, y ese es sólo uno de los muchos ejemplos de odio contra los más adinerados.
Su próximo libro, en el que ya está trabajando, desmontará diez falacias anticapitalistas. ¿Nos puede adelantar alguna?
Sí, hago un estudio de las diez críticas más comunes que se hacen al capitalismo: “El capitalismo es responsable del hambre y la pobreza, del aumento de las desigualdades, del consumo innecesario y excesivo, de la destrucción del medio ambiente, del cambio climático y de las guerras”. En el capitalismo, dicen los críticos, lo único que cuenta es el beneficio, los monopolios dominan y la democracia se ve socavada. Analizo al detalle cada uno de estos argumentos y explico, por ejemplo, que antes de la aparición del capitalismo la mayoría de las personas de todo el mundo vivían en la pobreza extrema. En 1820, alrededor del 90% de la población mundial se encontraba en la pobreza absoluta. Hoy, la cifra es inferior al 10%. Y, lo que es más sorprendente: en las últimas décadas, desde el fin del comunismo en China y otros países, la disminución de la pobreza se ha acelerado a un ritmo que no es comparable a ningún periodo anterior de la historia de la humanidad. En 1981, la tasa de personas que vivían en la pobreza extrema era del 42,7%; en el año 2000, había descendido al 27,8%; y, en 2021, estaba por debajo del 10%.